Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente
Ludwig Wittgenstein. (1889-1951) filosofo, matemático y lingüista austriaco

El lenguaje es la facultad del ser humano para expresarse y comunicarse con los demás a través del sonido articulado o de otros sistemas de signos. Es fundamental para la transmisión de ideas y conocimientos, expresión de emociones, aprendizaje y para la interacción social. Su correcto desarrollo depende de la interacción de factores genéticos, psicoafectivos, culturales y sociales, pudiendo variar mucho en los primeros años entre unas personas y otras.
Los trastornos del lenguaje son muy frecuentes en la infancia, y pueden tener una repercusión muy importante tanto en el desarrollo personal y social como en el aprendizaje. En esta entrada voy a hablar sobre el lenguaje y sus trastornos más frecuentes.
¿Cómo se desarrolla el lenguaje?
Para entender cómo se desarrolla el lenguaje y qué alteraciones puede haber podemos dividir el lenguaje en varios componentes:
- Estructural o formal: se refiere a cómo hablamos. Comprende la fonología (análisis de los sonidos), morfología (cómo se unen para formar palabras) y sintaxis (cómo se relacionan las palabras).
- Funcional: cómo usamos el lenguaje. Comprende la semántica (qué significado le damos a las palabras), y pragmática (cómo usamos el lenguaje según el contexto).

El desarrollo del lenguaje puede ser diferente entre unos niños y otros, pero suele tener una secuencia uniforme con unos rangos de normalidad para la adquisición de los diferentes hitos. En la tabla 1 se ven resumidos los hitos del lenguaje expresivo más importantes.
Tabla 1. Hitos del desarrollo del lenguaje
Lenguaje expresivo | Edad | Lenguaje comprensivo | Edad |
---|---|---|---|
Balbuceo | 3-8 meses | Reacciona a la voz | 0-6 meses |
Repetir monosilabos | 5-10 meses | Comprende el «no» | 8-15 meses |
Bisiílabos referenciales | 12-18 meses | Comprende orden con gesto | 11-18 meses |
Une 2 palabras | 18-24 meses | Ejecuta 2 órdenes | 19-25 meses |
Frases con verbo | 24-36 meses | Comprende lenguaje habitual | 3 años |
¿Por qué se puede producir un problema en el desarrollo del lenguaje?
Una de las primeras cosas que tenemos que valorar siempre ante un niño con un retraso del lenguaje es un problema de audición. Existen algunos signos que nos pueden apoyar la sospecha de un problema de audición, como son que precise siempre un apoyo gestual para comprender órdenes por encima de los 2 años, falta de sobresalto con los ruidos, o mala comprensión cuando se le habla sin que haya contacto ocular.
En los casos en los que el retraso del lenguaje se asocie con retraso en otras áreas se debe pensar en un retraso global del desarrollo, o en niños mayores, una discapacidad intelectual, siendo importante en estos casos un estudio por parte del neuropediatra. Si el área que se encuentra afectada es la socialización, deberemos pensar en un Trastorno del Espectro Autista (TEA). En estos casos será muy importante la valoración por un especialista (neuropediatra, psiquiatra, psicólogo…) para confirmar el diagnóstico y realizar los estudios que sean oportunos.
También es importante la participación de la musculatura bucofonatoria para la producción del lenguaje, por lo que enfermedades neuromusculares o malformaciones que afecten a estos órganos van a producir una alteración en la producción del lenguaje denominada disartria, con dificultad para la vocalización o alteración de la entonación.
La privación afectiva y la falta de estimulación pueden ser causa de un desarrollo más lento del lenguaje, especialmente cuando han tenido poca socialización y poca interacción con otros niños de su edad. En estos casos podremos ver un niño con retraso del lenguaje expresivo pero con buena comprensión, y con un buen interés comunicativo. La evolución en estos casos suele ser favorable una vez pasado el periodo de adaptación inicial. Este es un problema que estamos viendo últimamente con frecuencia como consecuencia de la pandemia.
En la mayoría de los casos no podremos identificar ninguna causa para los trastornos del lenguaje. Hablamos entonces de trastornos de la comunicación.
¿Cuáles son los trastornos de la comunicación?
Los trastornos de la comunicación son trastornos que afectan al lenguaje, habla y comunicación que no pueden atribuirse a un déficit auditivo o sensorial, alteración motora ni otras afecciones médicas o neurológicas, ni a discapacidad intelectual. En la tabla 2 se pueden ver los trastornos de la comunicación según el DSM-V.
Tabla 2. Trastornos de la comunicación
Trastorno del lenguaje Trastorno fonológico Trastorno de la fluidez de inicio en la infancia (Tartamudeo) Trastorno de la comunicación social (pragmático) Trastorno de la comunicación no especificado |
El trastorno fonológico se refiere a la presencia de dislalias o pronunciación anómala de palabras, sin que exista ninguna anomalía orgánica que lo justifique. Estos errores de pronunciación pueden interferir en sus relaciones sociales y en el aprendizaje. Normalmente tienen una evolución favorable con tratamiento logopédico, que está indicado si las dislalias persisten más allá de los 4 años, especialmente si afecta a más de un fonema.
El tartamudeo o espasmofemia es un trastorno de la fluencia del discurso en el que se producen bloqueos y repeticiones, y a veces se acompaña de movimientos o gestos de tensión a nivel de la cara, cuello o extremidades. Es muy habitual que aparezca a los 3,5-4 años y que remita espontáneamente, pero si persiste más allá de la edad escolar es recomendable que reciba un tratamiento logopédico ya que puede repercutir muy negativamente en sus relaciones sociales y en la autoestima. En la tabla 3 se recogen unos consejos prácticos para padres y docentes:
Tabla 3. Consejos para el niño con tartamudez
Transmitir al niño calma, hablándole despacio y con pausas largas. Estar más atento al contenido de lo que dice que a la forma Evitar situaciones estresantes como lectura en público o expresión oral en situaciones inesperadas que no haya podido preparar. Evitar preguntas cerradas.Darle tiempo para expresarse. No se le deben acabar las frases ni mostrar impaciencia cuando habla. Reforzar la autoestima en los momentos en los que hace un habla fluida. |
El trastorno pragmático del lenguaje se caracteriza por dificultades en el uso de la comunicación verbal y no verbal, con dificultades en el uso de la comunicación para usos sociales, deterior de la capacidad para adapta la comunicación al contexto, para mantener unas normas de conversación y narrativa y para comprender lo que no se dice explícitamente. Se diferencia del Trastorno del Espectro Autista fundamentalmente en que no existen intereses restringidos ni conductas estereotipadas. Es muy importante adaptar el lenguaje para asegurar la comprensión, y utilizar siempre que sea necesario sistemas aumentativos o alternativos de comunicación.
¿Qué son los Trastornos del Desarrollo del Lenguaje (TDL)?
Los trastornos del desarrollo del lenguaje se caracterizan por alteraciones en el desarrollo del lenguaje que se producen en niños con una capacidad cognitiva conservada y sin causa orgánica demostrada. Antes se les conocía como Trastornos Específicos del Lenguaje (TEL), pero se ha suprimido el concepto “específico“ debido a que muchos niños pueden asociar afectación de otras áreas del desarrollo. Tradicionalmente, además, se distinguía entre Retraso Simple del Lenguaje y Trastorno Grave (disfasia). Actualmente no se recomienda esta distinción dada la dificultad de predecir el pronóstico antes de los 5 años.
Los casos más leves se caracterizan por un desfase cronológico en el ritmo de desarrollo del lenguaje, con afectación fundamentalmente a nivel fonológico y muy buena respuesta a la intervención logopédica. En los casos más graves la afectación es más compleja, implicando alteraciones a nivel fonológico, sintáctico, semántico y pragmático. La evolución es más lenta, y en ocasiones persiste en la edad adulta, siendo el pronóstico peor en los casos en los que a los 5 años existe un trastorno de la comprensión.
Los niños con TDL con mucha frecuencia presentan problemas en las relaciones sociales derivados de su dificultad para comunicarse. En los niños pequeños que asocien problemas de conducta o de relación social es recomendable la valoración por neuropediatría o Salud Mental para descartar la presencia de un Trastorno del Espectro Autista. En el caso de niños mayores hay que valorar la posible repercusión en la autoestima que puede tener su trastorno, y remitir en los casos que sea necesario a valoración por psicología infantil.
Por último, cabe destacar que además de la afectación de la autoestima que puede producir el trastorno, aproximadamente a mitad de los niños que han tenido un TEL a los 3 años cumplen criterios de Trastorno Específico de la Lectoescritura (Dislexia) a los 7-8 años, por lo que es importante realizar una vigilancia estrecha del aprendizaje en estos niños y proporcionarles apoyo de manera precoz en los casos que lo necesiten.
¿Cómo se diagnostica y trata un Trastorno del Lenguaje?
La identificación precoz de los trastornos del lenguaje es fundamental para mejorar el pronóstico. Es importante descartar un trastorno secundario, que se hace fundamentalmente por la historia clínica y la valoración completa del desarrollo psicomotor por parte del pediatra. Será imprescindible la realización de una audiometría para descartar hipoacusia. Los casos dudosos deberían ser remitidos a neuropediatría. En los niños más mayores son de gran utilidad las pruebas psicopedagógicas realizadas en los colegios para valorar el nivel cognitivo verbal y no verbal, así como la valoración de la lectoescritura.
En los niños con trastornos leves puede ser suficiente con el apoyo pedagógico en el colegio y la orientación a los padres sobre cómo estimular el lenguaje en su domicilio. En los casos severos o que no presentan una evolución favorable está indicado el tratamiento logopédico que debe ser lo más intensivo posible.
¿Cómo podemos saber si tiene un trastorno del desarrollo de la comunicación o un trastorno del espectro autista?
En muchos casos esta distinción puede ser difícil, especialmente en los primeros años de vida. Los dos son trastornos del neurodesarrollo que se empiezan a manifestar en los primeros años de vida, y los trastornos de la comunicación pueden interferir en las relaciones sociales, especialmente cuando está afectado el lenguaje comprensivo. Además, los test de screening utilizados habitualmente para el TEA tienen poca capacidad para diferenciar entre los niños con riesgo de TEA y los niños con riesgo de otro trastorno del neurodesarrollo.
En cualquier caso, es importante identificar precozmente a todos los niños con retraso en el desarrollo para que se puedan beneficiar de Atención Temprana lo antes posible. El diagnóstico definitivo muchas veces no va a ser posible realizarlo hasta la edad escolar, ya que la sintomatología puede ir cambiando con el tiempo en función de las demandas del ambiente y de los tratamientos recibidos. Es por eso que los tratamientos y las terapias deberían ser pautados según las necesidades de cada niño, y no estar condicionados al diagnóstico.
Bibliografía
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